¿Qué tan segura es nuestra fe?

Lo que nos permite estar tranquilos, porque el fundamento de nuestra fe y de la Iglesia es confiable, seguro y muy resistente. Por eso en vez de avergonzarnos, podemos decir lo que el Apóstol Pablo dijo: “no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación.” (Ro. 1.16)

¿Cuál es la base de la fe Cristiana?

Seguridad que le aportará a nuestra vida la firmeza necesaria para resistir los embates del mundo, los ataques malignos y nuestra propia debilidad, porque como lo dijo Jesús, separados de Él no podemos hacer nada, así, dependemos en todo de aquel que es la vid y de sus raíces para mantenernos firmes y con fruto aun en medio de la sequedad.

¿Trata por igual al rico y al pobre?

Todos deberían ser tratados por igual, todos deben ser amados, respetados y honrados. El hacer acepción de personas por sus bienes es un pecado que no nos conviene. La próxima vez que esté con un rico, trátelo con amor por quien es, no por lo que tiene; y si es pobre, trátelo como si fuera rico, porque esa persona vale mucho, porque Dios lo ama y cuida de él también.

La Crítica

El tema del que vamos a hablar hoy nos refleja una práctica que puede ser bastante común en nuestras conversaciones entre amigos o familiares y es algo que nosotros realizamos sin tal vez pensar que es pecado porque no sabemos qué es lo que Dios piensa acerca de esto.

La Ingratitud

No voy a dejar que esa situación difícil por la que estoy pasando me lleve a echarle la culpa a Dios, a enojarme con la iglesia, con los hermanos y con las demás personas, no cuando yo he entendido lo que está pasando y que Dios tiene el control, entonces voy a estar gozoso.

Relaciones Personales

Cuidemos nuestras relaciones de amistad, nuestras relaciones familiares, nuestras relaciones con nuestros hermanos de la iglesia y aún también con las personas que no conocen de Dios, los de afuera, para que podamos ser ejemplo de los creyentes.

La prosperidad de la generosidad

Dios usa a la persona generosa como canal de bendición para las demás personas, y cuando es necesario, Él le dará más para que siga dando al necesitado o ayudando en la obra del Señor (v. 24b, 25b; 2 Co. 9:8-12; Fil. 4:19).

Perdonar a otros

Debemos perdonarnos unos a otros tal como Dios nos perdonó en Cristo. Si tú y yo hemos experimentado ese perdón de Dios, podemos también ofrecer perdón a los demás.

Libre su alma de su propia tormenta

Aprendamos a ser misericordiosos y perdonadores, como nuestro Padre es, eso hará que Su amor se refleje a otros, y de esta manera Él será glorificado, mientras nuestra alma descansa en el mar de la paz, el amor y el perdón con los demás.

El enojo

Debemos reconocer que el enojo nos impide ver a las personas como Dios quiere que las veamos. Dios nos creó para amarnos y para que nosotros reflejamos ese amor hacia otros. Cuando estamos enojados somos impedidos de amar a la persona que nos está haciendo enojar y en muchas ocasiones somos impedidos de amar a Dios porque le echamos la culpa por el enojo que estamos sintiendo.

Es de torpes hablar mal del prójimo

Hay varias palabras para definir “entendimiento” (v. 12a), «leb» en hebreo, y entre ellas están las palabras corazón, intelecto, voluntad, cordura, deseo, juicio, etc.; y en muchas de las veces la palabra se la traduce más como “corazón” (Gn. 6:5, 6; 17:17; Ec. 1:16). Entonces, podemos ver que en este caso a la persona aquí mencionada no es solamente alguien que no tiene conocimiento, sino que no tiene buen deseo o corazón también.

¿Cómo mira Dios al deshonesto?

La honestidad es la actitud del que no engaña o defrauda a nadie, menos se apropia de lo que es de otros. También se considera como la actitud de aquel que cumple escrupulosamente con su deber o función. Y, además, una persona honesta es aquella que respeta y cumple las normas de comportamiento social y moral presentes en una comunidad o sociedad.

¿Cómo conseguir una mejor relación con Dios?

En forma general, esa “comunión íntima” se la consigue con la obediencia a Dios. La relación de amor que manifestamos cuando le obedecemos es lo que nos lleva a una comunión más cercana con nuestro Padre amoroso y Su Hijo Jesucristo (Jn. 14:15-23).

¿Cómo debo tratar el error involuntario?

¿Cómo debemos responder ante esos momentos? ¿Cuál debería ser nuestra reacción si nosotros somos quienes recibimos la ofensa? La Biblia nos enseña que debemos tener misericordia y gracia.

La iglesia, causa de sufrimiento emocional

Sobre todo, los pastores, pero también cada uno de los creyentes, debemos realizarnos una sincera evaluación de nuestro amor y preocupación por la iglesia en donde nos encontramos. No por la parte física de ella, sino por el cuerpo de hermanos creyentes que, al ser un solo cuerpo, nos deberíamos doler cuando algo pasa entre nosotros (1 Co. 12:20-27). Un corazón sincero manifestará su real amor cuando éste realmente sufre en medio de dificultades en la congregación.