El tema del que vamos a hablar hoy nos refleja una práctica que puede ser bastante común en nuestras conversaciones entre amigos o familiares y es algo que nosotros realizamos sin tal vez pensar que es pecado porque no sabemos qué es lo que Dios piensa acerca de esto.
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La Ingratitud
No voy a dejar que esa situación difícil por la que estoy pasando me lleve a echarle la culpa a Dios, a enojarme con la iglesia, con los hermanos y con las demás personas, no cuando yo he entendido lo que está pasando y que Dios tiene el control, entonces voy a estar gozoso.
“Dime con quién andas…”
Desde muy pequeño escuchaba un refrán muy a menudo: «Dime con quién andas y te diré quién eres», y creo que muchos podrán entender el significado de este dicho fácilmente. Había otro similar que dice así: «El que con lobos de junta a aullar aprende». Ambos refranes expresan la idea de que la constante compañía de un grupo de personas moldea el comportamiento de uno.
Relaciones Personales
Cuidemos nuestras relaciones de amistad, nuestras relaciones familiares, nuestras relaciones con nuestros hermanos de la iglesia y aún también con las personas que no conocen de Dios, los de afuera, para que podamos ser ejemplo de los creyentes.
El enojo
Debemos reconocer que el enojo nos impide ver a las personas como Dios quiere que las veamos. Dios nos creó para amarnos y para que nosotros reflejamos ese amor hacia otros. Cuando estamos enojados somos impedidos de amar a la persona que nos está haciendo enojar y en muchas ocasiones somos impedidos de amar a Dios porque le echamos la culpa por el enojo que estamos sintiendo.
Un Buen Amigo
Entonces ¿qué es lo que debemos buscar en un buen amigo? Que ese amigo te guíe a conocer más de Dios, que juntos puedan crecer conociendo más de Dios.
Involucra a Dios en tu relación
No hay nada mejor que una persona busque el agradar a Dios y no vivir como el resto del mundo sino como Dios manda, y es aún más valioso encontrar una pareja que tenga ese objetivo, que juntos busquen y anhelen honrar a Dios.
Cultiva una buena amistad
Es necesario que Dios este en medio de tu relación, aun si solamente es una amistad o si aún no has empezado una amistad, esa será la señal de que quieres agradarle con tu caminar y tus decisiones respecto a las relaciones. No manejes la relación a tu manera, deja que el Señor obre.