Las preocupaciones

Solo vamos a tener la paz “de Dios” cuando tengamos “con Dios”, cuando nosotros ya no seamos enemigos de Dios sino seamos hijos de Dios, solo ahí tendremos la paz con Dios. Cuando tenemos esa paz con Dios vamos a poder poner nuestras preocupaciones a los pies de Cristo, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento nos va a dejar en completa tranquilidad, en completa paz y descanso, porque dejamos en él nuestras preocupaciones.

La iglesia, causa de sufrimiento emocional

Sobre todo, los pastores, pero también cada uno de los creyentes, debemos realizarnos una sincera evaluación de nuestro amor y preocupación por la iglesia en donde nos encontramos. No por la parte física de ella, sino por el cuerpo de hermanos creyentes que, al ser un solo cuerpo, nos deberíamos doler cuando algo pasa entre nosotros (1 Co. 12:20-27). Un corazón sincero manifestará su real amor cuando éste realmente sufre en medio de dificultades en la congregación.