Unas lecciones para el “rey”

El destino de una nación, de un pueblo o una ciudad, aún de una organización o del vínculo más íntimo como la familia, depende en gran parte del liderazgo de aquel a cargo. Sea un presidente, un gobernador, un alcalde, un gerente, el propietario de un negocio, sobre todo, el rumbo de un hogar, está a cargo de un líder.

¿Ha perdido usted los “estribos”?

La persona que aíra fácilmente y que no puede controlarse, no solamente que expresa su necedad, sino que remarca que realmente es necio. La palabra enaltecer (v. 29b) quiere decir exalta o eleva su necedad, o como otra versión de la Biblia nos dice, “ser impaciente es muestra de gran estupidez” (DHH).

Hagamos que la justicia prevalezca

Cuando la Biblia nos dice que “el testigo verdadero libra las almas”, lo que nos quiere decir es que la justicia prevalece, y los que han sufrido daño son restituidos, aunque quien ha hecho daño sea alguien muy cercano al testigo o pueda traer consecuencias posteriores. Siempre es bueno decir la verdad, siempre, a pesar de las consecuencias. Pero muchos engañan hablando “mentiras”, y eso afecta el resultado de la justicia.

“Menos palabras y más acción”

Algunos solo pasamos orando por algo, pero no hacemos nada al respecto, y eso también puede hacerse vano si detrás de las oraciones no existe una verdadera intención de hacer algo si Dios nos diera la oportunidad.

Los caminos y sus caminantes

Dependiendo cuál destino queremos alcanzar, debemos considerar cómo tomamos esas decisiones en la vida. Si deseamos ser bendecidos, entonces debemos buscar y depender de Dios siempre; pero si no queremos someternos a Dios, entonces tengamos en mente que nuestro fin puede ser ese “camino de muerte”.

Nuestra vida no tiene que estar vacía

Solo Dios puede cambiar esa risa que enmascara la tristeza en una profunda y verdadera felicidad. Lo que tiene es que poner sus ojos en Cristo, pedirle que restaure su vida, y solamente allí encontrará lo que tanto necesita: Restauración de su vida, significado, y propósito para vivir pleno en Él.

Solo el esfuerzo produce frutos

Cualquiera que sea su meta, no olvidemos que necesitaremos esfuerzo para lograrlo, aunque ese esfuerzo implique tomar algo de algún lugar para conseguirlo también, como en el caso del buey, necesitaba ser atendido para que pueda trabajar en el campo, y esa atención requería alimentación y cuidado.

Nuestros pasos nos delatan

Antes de seguir en los caminos que se ha trazado, mire con detenimiento si el camino que ha seguido es el correcto (Jer. 6:16). Busque realmente agradar a Dios y no desprecie ningún consejo santo, honre a Dios con su vida, y vivirá en el camino de “rectitud”. Dios es digno de ser honrado con nuestras vidas, y el obedecerle declara si realmente lo estamos respetando como Dios.

No menosprecie la corrección a su hijo

Existe una gran diferencia entre ser un hijo y un padre, cuando se trata de dar corrección o disciplina a los hijos. Cuando uno es hijo, el deseo es que los padres nunca nos disciplinen con rigor, puesto no nos gusta sufrir el castigo que nos vayan a dar. Pero cuando uno es padre, es entonces cuando el dolor también viene, pero esta vez, porque nos imaginamos cuanto van a sufrir nuestros hijos porque debemos disciplinarlos. ¡Pero la verdad es que es necesario!

“Dime con quién andas…”

Desde muy pequeño escuchaba un refrán muy a menudo: «Dime con quién andas y te diré quién eres», y creo que muchos podrán entender el significado de este dicho fácilmente. Había otro similar que dice así: «El que con lobos de junta a aullar aprende». Ambos refranes expresan la idea de que la constante compañía de un grupo de personas moldea el comportamiento de uno.

“El que espera desespera”

A nadie le gusta esperar, y menos cuando lo que se espera es algo importante. Para aquellos que tenemos poca paciencia, la espera es un verdadero tormento, porque consume nuestra alma y nos trae mucha angustia cuando tenemos que estar esperando, y a eso es a lo que la frase “el que espera desespera” hace mención.

Hay palabras que hieren y otras que sanan

Tengamos cuidado de lo que decimos, como lo hacemos, y cuando lo hacemos. No siempre una palabra puede beneficiar al alguien en ese instante, a veces es mejor callar antes que causar dolor o ira. Debemos pensar lo que vamos a decir y no dejarnos llevar por nuestros impulsos, y, sobre todo, cuidemos que lo que decimos no vaya acompañado de nuestros malas intenciones o perversos deseos.

No invite al tornado a entrar en casa

Es muy importante tener cuidado en nuestras vidas y en las decisiones que tomamos o en los comportamientos inapropiados que dejamos que estén en nuestras vidas y en nuestra casa. No permitamos que nuestros errores vengan a destruir el hogar y que lo único que lleguemos a cosechar es el “viento”.

La prosperidad de la generosidad

Dios usa a la persona generosa como canal de bendición para las demás personas, y cuando es necesario, Él le dará más para que siga dando al necesitado o ayudando en la obra del Señor (v. 24b, 25b; 2 Co. 9:8-12; Fil. 4:19).

Belleza desperdiciada

La belleza puede ser valorada en todo lugar, y a cada paso que caminamos, podemos ver personas que, por su atractivo físico pueden llamar la atención, pero ¿es la belleza física todo lo que se debe admirar de una persona?