¿Ha perdido usted los “estribos”?

La persona que aíra fácilmente y que no puede controlarse, no solamente que expresa su necedad, sino que remarca que realmente es necio. La palabra enaltecer (v. 29b) quiere decir exalta o eleva su necedad, o como otra versión de la Biblia nos dice, “ser impaciente es muestra de gran estupidez” (DHH).

El enojo

Debemos reconocer que el enojo nos impide ver a las personas como Dios quiere que las veamos. Dios nos creó para amarnos y para que nosotros reflejamos ese amor hacia otros. Cuando estamos enojados somos impedidos de amar a la persona que nos está haciendo enojar y en muchas ocasiones somos impedidos de amar a Dios porque le echamos la culpa por el enojo que estamos sintiendo.

¿Existirá el espíritu de la ira?

Se ha vuelto muy común escuchar a pastores de algunas iglesias hablar de que expulsan espíritus de ira, amargura, tristeza, pornografía y otros más; pero ¿será esto una práctica bíblica? ¿Será que los responsables de nuestros actos son los espíritus malvados? O ¿Será que nos hemos dejado llevar por falsas enseñanzas que, como tantas, buscan suavizar la carga de pecado de la que todos nosotros somos responsables?

¡Enójate, pero…!

Una de las formas en las que pecamos al airarnos, es cuando dejamos que se ponga el sol sobre nuestro enojo y lo dejamos sin resolver, produciendo amargura y rencor en nuestro corazón; por eso necesitamos tomar seriamente esta exhortación, y no permitir que los días, semanas y meses pasen sin resolverlo.