¿Tienes problemas judiciales con Dios?

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Romanos 3:23-26

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”

Pocas veces consideramos a Dios como el Juez al que tendremos que rendirle cuentas por nuestra vida y mucho menos como un enemigo. Pero la Biblia nos enseña que todos los hombres que no han confesado su pecado y creído en su regalo de salvación, están en guerra con Dios y necesitan reconciliarse con Él a través de Jesucristo (Ro. 5.10).

Y esa reconciliación es el resultado de haber completado la demanda de justicia que Dios exige como pago por el pecado.

Pero ¿cómo es que terminamos en problemas judiciales con Dios? ¿Qué definió que tuviésemos que ser juzgados con la ley más implacable y santa que existe?

La respuesta a ello se encuentra en la diferencia que hay entre el carácter de Dios y el nuestro. Pablo nos lo dice al afirmar que todos nosotros somos pecadores (Ro. 3.10-12) y en cambio Dios no, Él es Santo y Justo.

Pero…

¿En qué nos afecta que Dios sea justo?

En que siendo Él quien estableció la ley que determina lo bueno y lo malo, cada acto malvado que vaya en contra de su ley y naturaleza debe ser juzgado por Él mismo. Por eso cada hombre que vive sufre la consecuencia del pecado, y al término de su vida le espera la muerte sí es que no acepta el regalo de justicia que Dios tiene para él.

La posibilidad de que seas declarado justo ante el tribunal de Dios solo es posible gracias a su gracia, su regalo, porque nuestras obras nunca llegarán a compararse con la santidad de Dios, de ahí que ninguno pueda ser inocente cumpliendo la ley, porque basta quebrantarla en un solo punto para ser culpable de toda.

Esta ley de Dios es lo que nos permite conocer Su carácter y nos da la guía para que vivamos como le agrada, y es gracias a ella que entendemos que el pecado es pecado, y que nuestras obras sean acusadas e identificadas por lo que son.

Pero, la justicia de Dios que fue comunicada por los profetas desde el principio se manifestó por medio de Cristo, para que los que creamos que Él es el hijo de Dios, que vivió una vida santa, murió y resucitó; podamos ser declarados justos gracias a Su justicia.

¿Te imaginarías un juez que además de dictar sentencia contra el culpable, es capaz de cumplir la sentencia que Él mismo le impuso?

¡Solo Dios es tan justo como para hacer eso!

Cristo es el Juez y un día nos juzgará. ¿Qué crees que Él dirá en el día de nuestro juicio? ¿Dirá que no somos condenados porque creímos en Él como salvador, o por el contrario dirá que nuestra condena ya fue decretada por no haber creído en Él? (Jn. 3.18).

Pensémoslo, porque esta sentencia define nuestro presente y futuro, nuestra libertad para vivir reconciliados con Dios, agradándole y gozándonos en ello, o define que la muerte sea el pago por nuestro pecado y nuestra condena sea la separación eterna de aquel que nos dio la vida.

Publicado por Ministerio UMCD - Lengua de Señas

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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