Con base en esto, todos los que hemos puesto nuestra fe en Jesús, somos miembros de su Iglesia, una institución viva, poderosa, eterna y que disfrutará de la misma gloria de Jesús.
Archivo de etiqueta: Fe
¿Cuál es mi identidad?
Cuando conocemos al Salvador, nuestra identidad cambia; lo que somos, lo que nos identifica, a dónde pertenecemos y lo que hacemos, cambia. Ese fue el caso de Pedro, el pasó de ser un pescador común y corriente a un pescador de hombres, pasó de ser un hijo de Abraham a un hijo de Dios, de ser israelita a tener una nacionalidad eterna, y pasó del reino de Satanás al reino de Dios.
¿Qué obstaculiza la fe?
Con agrado, con gusto, porque “sin fe es imposible agradar a Dios” (He. 11.6). Así cuando obramos por fe y nuestras peticiones a Dios exigen que la tengamos, podemos confiar que Él va a responder, porque a Dios le encanta que propiciemos momentos en los que Él pueda ser exaltado, reconocido y glorificado a través de nosotros, como lo fue por medio de Pedro, cuando pudo caminar sobre el mar en obediencia al llamado de Jesús.
¿Qué impide que la fe en Dios crezca?
¿Te consideras una persona segura o de aquellas que dudan bastante ante las opciones de la vida? Pues todos en cierto sentido luchamos con la duda, y aún las personas que parecen más seguras de sí mismas lo hacen, porque lo cierto es que la seguridad no se halla en nosotros.
Preguntas para después de la tempestad
Lo que explica su desconfianza es que tristemente el hombre puede afirmar tener fe sin vivir conforme a ella, porque hacerlo implica de nosotros una fe mucho más sólida que la que profesamos. Por lo que alguien ilustró la fe con el hecho de sentarse en una silla. Porque cuando vemos una, es posible que afirmemos que ella es lo suficientemente fuerte como para sostenernos, pero, la mejor prueba de nuestra fe en la silla es sentarnos en ella.
Lecciones que dejan las tempestades
¿Ha sido testigo del poder de las fuerzas de la naturaleza, como en un terremoto o avalancha? Pues no hay nada como eso para que reconozcamos el poder tan limitado que tenemos.
¿Qué dijo Jesús para impactar a tantos?
¿Cuáles fueron sus palabras para que la historia del mundo se dividiera en dos, para que hombres menospreciados y humillados se convirtieran en valientes luchadores por el amor y la reconciliación que Jesús testificó durante su ministerio?
La conquista requiere esfuerzo
La vida cristiana es una vida de esfuerzos, pero una vida hermosa, en la cual, si caminamos junto a Dios, vemos cómo Él nos ayuda a esforzarnos, a crecer, a aprender, a alcanzar nuestro potencial. Es una vida hermosa, pues mientras vamos avanzando, vemos Su poder, Su obra, Su misericordia, Su sabiduría, Su soberanía obrando en nuestro favor para ayudarnos.
Una conquista más de la fe
Debemos recordar que Dios nos ofrece muchas promesas en esta vida antes de ir a Su presencia, promesas que son para recibirlas aquí en esta vida, pero que no las conquistaremos sin que nuestra fe nos motive a buscarla. Una fe verdadera solo tiene la recompensa cuando nosotros salimos a «conquistar» lo que se nos ha prometido. ¿Está usted confiando en Dios en acción en base a lo que Él ya se lo ha prometido? Salga, y vaya en pos de ello.
Tres lecciones para un padre
Algo que como hombres debemos considerar con esta historia es que: Dios se dirigió específicamente a José porque a sus ojos, él era el responsable por el cuidado de su familia. Pero notemos que ese cuidado no significó comodidad, tranquilidad, paz, armonía, seguridad, o estabilidad económica; sino que significó obediencia a Dios.
¿Eres un padre indeciso?
Que hermoso saber que nuestro Dios conoce lo que pensamos, las preocupaciones que tenemos, cómo nos sentimos, que no va a dejar que hagamos algo que vaya en contra de su plan para nosotros y que nos ha dado a su Espíritu para ser consolados en los momentos de duda y sufrimiento.
Un premio a la fe
¿Cómo está su fe hoy? ¿Cuánta confianza hay en Dios? ¿Cree usted que Él es capaz de cumplir Sus promesas? ¿Es usted capaz de seguirle a Dios a pesar de lo que enfrenta por delante? En la medida de cómo respondemos a estas interrogantes y seguimos en Dios confiados, sabremos si nuestra fe es bíblica o no, y actuaremos en función de esa confianza.
¿Qué tan firme es tu fe?
Así, todos somos llamados a creer en Jesús, porque Él es quien dijo que era, porque Dios mismo dio testimonio acerca de Él, hombres también lo hicieron y por su poder la vida de muchos ha sido rescatada de la muerte y del pecado.
Una fe que salva
Lo único que nos pueda otorgar perdón es la gracia y la misericordia de Dios por medio de la fe. La fe nos justifica (Ro. 5:1), nos otorga el perdón (Hch. 26:18), nos da vida eterna librándonos de la condenación (Jn. 3:16-18, 36), y nos permite entrar en la familia de Dios (Jn. 1:12).
Una fe colectiva
Solamente una fe colectiva los llevó a desarrollar una obediencia colectiva. Muchas veces en las iglesias o en cierto grupo de personas que están sirviendo a Dios no se observa esa fe en conjunto, una fe que pudiera hacer mucho en favor del servicio al Señor. Tal vez seamos nosotros mismos quienes no favorecemos a esa fe contagiosa entre los demás.