“Menos palabras y más acción”

Algunos solo pasamos orando por algo, pero no hacemos nada al respecto, y eso también puede hacerse vano si detrás de las oraciones no existe una verdadera intención de hacer algo si Dios nos diera la oportunidad.

Aprovecha tu tiempo

La Biblia nos dice ahora en la juventud debemos aprovechar el tiempo para conocer a Dios antes de que llegue la vejez y nos arrepintamos de no haber escuchado y aprendido más del Señor.

Entre la llamada de acción y la obediencia

¿Cómo responde usted ante los mensajes que escucha en la Iglesia, o de los versículos que lee en sus devocionales o lecturas bíblicas? ¿Cuando escucha una promesa de parte de Dios o entiende que Él le está pidiendo hacer algo, con qué prontitud usted responde a ese llamado divino a actuar?

¡Hoy puede ser su día!

La salvación es considerada una gracia de Dios porque es un regalo inmerecido para el hombre. Dios en su deseo de salvar al hombre, y por la incapacidad moral de este último para hacerlo, le brinda la oportunidad de hallar salvación por medio de la fe en la obra de Cristo (Ef. 2:8, 9). Las malas y falsas enseñanzas en cambio siempre presentan a la obra de salvación como una capacidad propia del hombre en base a méritos de conducta o religión. ¡Esto es falso!

Cuatro principios para aprovechar el tiempo

No desperdiciemos nuestro tiempo, pidámosle a Dios la sabiduría que necesitamos para aprovecharlo lo mejor posible y enfoquémonos en lo que ya sabemos que es eterno.

¿Cómo aprovechar los años que Dios nos da?

En la búsqueda de esa sabiduría haríamos bien en pedir que se nos permita comprender la brevedad de la vida, así como el Salmista lo hace (Sal. 90.10-12). Porque ese conocimiento nos ayudará a tener un temor reverente por nuestro Dios.

Confiando en Su tiempo

Dependa de Dios antes de actuar, mire si es tiempo de hacer algo, o si debe esperar. Confiar en Dios requiere muchas veces ser paciente, y sentarse en otras (Sal. 46:10); pero nada será tardío, todo encajará apropiadamente.