Ayudando desde Su trono el cumplimiento

Cristo quiere ayudarnos a cumplir Su voluntad. Es Su deseo que nosotros cumplamos la tarea, y la confianza de que tenemos Su respaldo nos debe alentar a cumplirlo sin demora. Nuestra tarea es seguir Sus instrucciones, dejar en manos de Dios los resultados, y mirar en medio de esto la manera como el Señor se manifiesta.

Predica el evangelio

Nuestra responsabilidad viene por el mandato dado por Dios, pero también por la responsabilidad moral de dar a conocer el mensaje que trae esperanza al perdido, vida al muerto espiritual, perdón al pecador. ¿Si nosotros no lo hacemos, quien lo hará?

Incrédulos por naturaleza y voluntad

Pensando en la salvación, la incredulidad es lo que condena al hombre (Jn 3:18, 36). No creer que uno es pecador, o que no se puede salvar a uno mismo, y que necesita creer en Cristo, Quien murió y resucitó para salvarnos, eso condena al hombre.

¿Es asombroso, verdad? ¡Ha resucitado!

La muerte de Jesús no hubiera completado su propósito sin la resurrección. Así como la moneda tiene 2 caras para estar completa, las buenas nuevas basan la esperanza de salvación en la muerte y resurrección. Y así como el ángel envió a dar testimonio de la resurrección a las mujeres, nosotros somos enviados hablar del evangelio de Cristo, de Su muerte y resurrección, tal cual lo dice las Escrituras (1 Co. 15:1-4)

La osadía de la fe

La verdadera fe trasforma a la persona; de ser un tímido oyente a un valiente seguidor, sin miedo a testificar. Pablo nos dice que Dios no nos ha dado “espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” y por lo tanto no deberíamos avergonzarnos de dar testimonio de Cristo. (2 Ti. 1:7, 8)

Lo que debemos esperar (II)

Muchos creyentes han sufrido el rechazo absoluto de la misma familia, excluyéndolos de sus relaciones por completo, y hasta con amenazas físicas. Pero en los días de la Tribulación esa maldad se incrementará porque todos van en pos de la falsa religión que el anticristo y el falso profeta propagarán.