No invite al tornado a entrar en casa

Es muy importante tener cuidado en nuestras vidas y en las decisiones que tomamos o en los comportamientos inapropiados que dejamos que estén en nuestras vidas y en nuestra casa. No permitamos que nuestros errores vengan a destruir el hogar y que lo único que lleguemos a cosechar es el “viento”.

¿Cómo conseguir satisfacción económica?

El “amor al dinero” es lo que trae desdicha a nuestro corazón y nos aleja del Señor cuando no apreciamos Sus bondades hacia cada uno de nosotros (1 Ti. 6:9-10). Debemos poner a Dios como nuestra esperanza para nuestro sustento y no en las riquezas que tengamos acumuladas (1 Ti. 6:17; Comp. Mt. 6:19-20); y será en ese momento cuando iniciemos el proceso a vivir satisfechos.

¿Cómo conseguir buenas decisiones?

Cuando se toma una mala decisión, las consecuencias pueden afectar nuestra salud espiritual, mental, y física; a más de lo que vayamos a sufrir como pérdida material o relaciones con otros. Es por esto que este pasaje nos recuerda que en vez de ir en pos del mal, busquemos a Dios, honremos su guía, y “esto infundirá salud a [nuestro] cuerpo y fortalecerá [nuestro] ser” (v. 8 NVI).

¿Cómo conseguir renombre?

El renombre es la celebridad que se adquiere por hechos significativos que se han hecho. Y mientras muchos lo alcanzan por cosas buenas en sus vidas o en favor de los demás, hay otros que adquieren un reconocimiento por cosas inapropiadas o vanas. Pero si queremos alcanzar un justo y provechoso reconocimiento, entonces debemos ver que la “misericordia” y la “verdad” son necesarias.

¿Cómo conseguir una buena vida?

Desde el inicio de la relación de Dios con el hombre vemos que el Señor siempre nos ha alentado a buscar una vida buena, una vida grata ante Sus ojos que sea de bendición para nosotros mismos y para los demás, y esta vida sólo se la puede alcanzar mediante la obediencia (v. 1, 21).

La sabiduría puede ser alcanzada

Todos podemos alcanzar la sabiduría que traerá gran beneficio a nuestra vida. El descubrimiento de este tesoro inicia con nuestra motivación para alcanzarlo, nuestro clamor a Dios para que nos ayude, y Él nos favorecerá con Su conocimiento e inteligencia. ¡Vamos en pos de esa sabiduría, la de Dios!

¿Hasta cuándo rechazas la sabiduría?

En la vida podemos observar ejemplos de personas que viven sabiamente y otros que no. Al mirar la vida podemos ver también las ventajas de hacer un uso apropiado de ella para nuestro beneficio o el perjuicio que acarreamos si no lo hacemos. Basta ver la vida de otros para conocer el valor que ella tiene, y, por lo tanto, ella está clamando para que la obtengamos, pero muchos la rechazan.

Escucha y valora la instrucción de los padres

La actitud reverente y prudente del hijo es realmente apreciado, es una marca maravillosa que resalta en el carácter de los hijos y que es digno de alabanza de todos. Así que, la próxima vez que quiera el joven hacer algo, escuche a los padres, ponga atención a la instrucción, considere sabiamente lo que ellos tengan que decir con amor, y recordemos que el escucharlos es agradable ante Dios.

El inicio supremo para alcanzar sabiduría

La obediencia a Dios es una actitud que siempre me llevará a vivir alejado del pecado, a actuar siempre en función de lo bueno y provechoso para mi vida y la de los demás. Bajo este concepto, sabré que todo lo que haga no traerá malas consecuencias por una falla mía, mas bien, traerá prosperidad. Todo ese comportamiento entrará dentro de lo prudente y apropiado, y eso es vivir una vida que sobresale del mundo y que se resalta dentro lo mejor.

Una fe intrépida

Rahab es reconocida por su intrépida fe en los libros del Nuevo Testamento (Stg. 2:25), le llevó a ser digna de ser parte de la genealogía del Señor Jesús (Mt. 1:5), y su nombre consta en el pasaje de los héroes de la fe en el Libro de Hebreos (He. 11:31).

Dar con voluntad y disponibilidad

Cuando damos una ofrenda debemos dar con amor, como ya se vio en la lección anterior; al mismo tiempo se debe dar en fe, confiando en Dios para proveer, pero esta fe debe ser basado en lo que Dios nos guíe a hacer. Una fe bíblica siempre se basa en la guía de Dios, no en una esperanza basada en un simple anhelo nuestro. En otras palabras, debemos estar seguro de que lo que vayamos hacer es lo que Dios nos está pidiendo que hagamos, y no está basado en simple presunciones (Mt. 7:24-29). Es ahí donde nuestra relación íntima con Dios es vital para ayudarnos a comprender lo que Él espera de nosotros.

Creciendo en la “gracia” de dar

La madurez espiritual es el deseo de Dios para cada creyente, y por eso debe ser nuestra meta constante y creciente. Cada uno de nosotros tenemos diferentes áreas que deben ser fortalecidas, y en algunas áreas tenemos mucho más trabajo que hacer comparado con otras. La falta de crecimiento en el área del dar y de la generosidad es una muy común dentro de la iglesia de Cristo.

El dar, una “obra de gracia”

El corazón generoso viene como el resultado de una vida desprendida y altruista. Una vida que no se forja en el egoísmo o egocentrismo. La codicia y avaricia viene cuando la persona piensa solo en sí misma, mientras que un corazón dadivoso y generoso tiene su fuente en el amor verdadero. Dios es el único que puede ayudarnos tener ese corazón, cuando alineamos nuestra vida a Su carácter.

Con corazón temeroso

Lo que somos externamente es lo que somos internamente. Predispongamos nuestra vida a honrar y amar a Dios, busquemos vivir para Él, y pidámosle que nos ayude en ese cambio. Nuestra vida será hermosa en la manera como somos cambiados, y eso será evidente ante los demás. Si hay pocas cosas que realmente impresionan de buena manera a los demás es un carácter tierno y temeroso ante Dios.