Nuestros pasos nos delatan

Antes de seguir en los caminos que se ha trazado, mire con detenimiento si el camino que ha seguido es el correcto (Jer. 6:16). Busque realmente agradar a Dios y no desprecie ningún consejo santo, honre a Dios con su vida, y vivirá en el camino de “rectitud”. Dios es digno de ser honrado con nuestras vidas, y el obedecerle declara si realmente lo estamos respetando como Dios.

¿Hay alegría por la justicia?

Comprometámonos a actuar justamente siempre, no importa en donde estemos desarrollando nuestras actividades, seamos motivo de alegría y fuente de bendición para otros. Oremos por aquellos que obran bien en algún cargo público y demos gracias a Dios por ellos; y pidamos, para que aquellos que obren mal cambien su comportamiento o dejen su cargo para alguien piadoso que pueda bendecir a todos por sus buenas acciones.

¿Te humillarías por amor?

¿Qué tal si consideramos nuestro orgullo como algo a lo que no debemos aferrarnos y en cambio nos despojamos a nosotros mismos, tomando forma de siervos y cumpliendo toda justicia por amor a nuestro Padre y Señor?