Dios puede darnos “reposo”

En la Biblia se menciona al reposo como el momento o lugar de descanso, pero sobre todo lugar, cuando se trata del pueblo de Dios. El Señor le había ofrecido reposo al pueblo de Israel al momento en que ellos lleguen y se posesionen de la tierra que le había prometido a Abraham, no solo era el lugar donde fluye leche y miel, sino que sería el lugar donde se asentarían y vivirían en prosperidad y paz mientras ellos servían al Señor. Pero para alcanzarlo primero tenían que llegar a ese lugar y de ahí conquistarlo.

El pueblo necesita líderes consagrados

En todas la Escrituras vemos el valor que la consagración del líder tiene en la relación de este con Dios y con Su pueblo. Los éxitos o derrotas del líder marcan los éxitos o derrotas del pueblo también. La manera como el líder se relaciona con Dios va a ser un valor fundamental en la manera como el pueblo se relaciona con Dios también.

Compromiso de colaboración

Nosotros tenemos que ser sinceros y responsables a nuestros compromisos hechos a Dios y a los hombres. El cumplimiento de nuestros compromisos muestra respeto a la persona a quien le damos ese ofrecimiento y mantiene un ambiente de confianza con todos, el fallar es una muestra grave de nuestro carácter.

Su “gracia” es todo lo que necesitamos

Cuando enfrentemos problemas, pidamos a Él que nos ayude a comprender el porqué de lo que sucede (2 Co. 12:8-9; Comp. Stg. 1:3-5), y entendiendo el propósito, aceptaremos con mayor agrado la respuesta que nos dé ante nuestra petición. En esa confianza, basado en la “gracia” de Dios, hallaremos lo que necesitaremos muchas veces para enfrentar las dificultades.

¿Hay un tercer cielo?

Por ahora siguen muchas interrogantes que posiblemente serán respondidas cuando lleguemos a Su presencia, pero hasta el momento la esperanza que todos tenemos de llegar a ese lugar tan especial está dado por el Señor, y Él nos está preparando un lugar especial allí, a todos los que creemos en Él (Jn.14:1-6).

No insistamos, no hay comunión – Parte II

Ante la promesa expresada en la Palabra de Dios, Pablo nos exhorta a tomar la decisión de seguir el mandato de Dios para caminar apartados del mal y alejarnos de cualquier relación que afecte nuestra santidad y comunión con el Señor. El Señor Jesucristo nos dio ejemplo de ello (He. 7:26)

¿Vacilante?

El carácter vacilante es una de las características de una persona inmadura o insegura (Stg. 1:6-8; 5:12). Esta persona genera desestabilidad en su manera de actuar y provoca incredulidad hacia él mismo en las personas a su alrededor.

¿Y usted ya está sujeto a Él?

Si la muerte será finalmente sujeta a Cristo, y Satanás y los no creyentes finalmente reconocerán la autoridad del Señor, aunque ellos sin arrepentimiento, y serán condenados. ¿Por qué al creyente le cuesta mucho someterse al Señor?

Sin resurrección no habría sustento

La resurrección de Cristo brinda seguridad de la certeza del mensaje y esperanza de que todos tendremos la misma posibilidad de levantarnos de los muertos para pasar eternamente en la presencia de Dios. La pregunta que debemos hacernos ahora es: ¿Ya creo en Cristo como mi Salvador?

El Evangelio y las Escrituras

La obra de redención de Cristo es la que salva al hombre. Él vino a morir en la cruz por nuestros pecados, fue sepultado como prueba de que sí había muerto, pero resucitó para manifestar Su poder y victoria sobre la muerte y el pecado. Este mensaje es el Evangelio, y todo aquel que creyere en estas Buenas Nuevas tiene la oportunidad certísima de salvación (Comp. Ro. 10:9-10).

Con fe sencilla y determinación

La fe de la mujer sirofenicia nos da un aliento de esperanza para todos nosotros que, sin ser judíos, ahora podemos alcanzar la misericordia de Dios por medio de la fe en Jesús. La hija de esta desesperada madre quedó inmediatamente restaurada, desde el mismo momento que el Señor lo mencionó (Mr. 7:30).