¿Cómo pasar del anonimato a la fama?

¿Alguna vez nos hemos considerado personas comunes y corrientes?, pues a los ojos del mundo es posible que lo seamos; pero para Dios, somos receptores de su gracia, para vivir de tal forma que lo glorifiquemos y hallemos gozo mientras lo hacemos.

¿Cómo conseguir satisfacción económica?

El “amor al dinero” es lo que trae desdicha a nuestro corazón y nos aleja del Señor cuando no apreciamos Sus bondades hacia cada uno de nosotros (1 Ti. 6:9-10). Debemos poner a Dios como nuestra esperanza para nuestro sustento y no en las riquezas que tengamos acumuladas (1 Ti. 6:17; Comp. Mt. 6:19-20); y será en ese momento cuando iniciemos el proceso a vivir satisfechos.

Influencia positiva

Con la ayuda de Dios, y tal como lo han hecho todos aquellos que han servido al Señor, debemos comprometernos primero a vivir esa vida de obediencia para después enseñarla. Si nosotros no sabemos lo que ello significa, menos vamos a poder enseñar lo que es.

¿A quién quiero seguir? – Parte II

Josué, para ayudar al pueblo, puso una piedra como recordatorio de ese compromiso, quería que no se olviden de lo que habían dicho (v. 25-27). Nosotros también debemos tener algo o alguien quien nos recuerde el compromiso que hemos hecho ante el Señor.

¿A quién quiero seguir? – Parte I

Por qué no hacer una pauta en nuestra rutina, mirar a nuestra vida pasada, recordar el día que recibimos a Cristo cuando aún estábamos lejos de Dios, y analicemos si realmente estamos siguiendo a Dios o no, y hagamos una decisión sobre ese análisis, y ojalá podemos concluir como lo hizo Josué: “yo y mi casa serviremos a Jehová.”

Cuarenta años de cuidado

Dios no solo los sostuvo con la ropa (Dt. 29:5), ni solo les ayudó en las batallas, no tan solo fue su guía de día y de noche, sino que Él les mantuvo con agua y alimento por todo el tiempo que estuvieron deambulando por el desierto; los israelitas vieron la mano de Dios por cuarenta años sin cesar, ¡qué gran cuidado!

Las privaciones del ministerio

El ministerio es una de las labores más bellas porque va acompañada de grandes bendiciones y victorias junto al Señor. El ver a vidas transformadas por el poder de Dios, y observar como crecen y llevan fruto, alienta cada día a quien sirve en el ministerio, a más del honor de ser usados por Él para cumplir con Su voluntad.

Dignos de reconocimiento

En cada congregación nos encontramos con creyentes fieles a la obra, aquellos que, sin ser pastores o ministros reconocidos en la iglesia, dan de sus vidas en el servicio a los demás. Su esfuerzo y dedicación es entregado en relación al Señor y a la iglesia. Ellos deben ser igualmente reconocidos, apreciados y respetados.