Entonces ¿qué es lo que debemos buscar en un buen amigo? Que ese amigo te guíe a conocer más de Dios, que juntos puedan crecer conociendo más de Dios.
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El peligro de los falsos ministros
Debemos velar celosamente porque la verdad de Dios se mantenga siempre presente en nuestras iglesias. Debemos además pedir a Dios discernimiento para poder reconocer las falsas enseñanzas y rechazarlas inmediatamente de nuestras vidas e iglesias. Pidamos a Dios para que nos ayude a mantener un fervor reverente por el conocimiento puro de la verdad expresadas solamente en Su Palabra. Y oremos incansablemente para que nuestras iglesias estén siempre llenas de las verdades bíblicas predicadas desde nuestros púlpitos.
¿Ante quién y/o por qué me alabo?
Lo único por lo que podríamos gloriarnos o alardear es por el hecho de ser salvos y de ser usados por Él, y eso, no porque lo hemos logrado, sino porque en Su misericordia y gracia, Él obra en todo en nuestro favor. A Él la gloria, y gloria a Dios por que en Su amor nos permite estar “en el Señor”.
¿Para qué debe usar la autoridad el pastor?
El mal uso de la autoridad se observa en muchas esferas de la vida: Política, gubernamental, laboral, familiar, etc., aún en las iglesias. El aprovechamiento de esa posición que brinda ciertos privilegios sobre otros, y que le otorga cierto “dominio” sobre alguna área o grupo de personas, hace que aquellos en autoridad tomen ventajas de sus prerrogativas para uso propio o para menoscabo de otros.
Los dones son para edificación, no confusión
Dios es un Dios de orden, en todo lo que vemos de la creación podemos ver este patrón de su forma de actuar, y de esta misma manera Él espera que los creyentes vivamos ordenadamente, aún dentro de Su Iglesia. Lo que estaba pasando en la iglesia en Corinto era todo lo contrario, por esto Pablo escribe toda esta carta para corregir problemas, y uno de ellos era el mal uso del don de lenguas (1 Co. 14).
¿Existen lenguas angélicas?
La dependencia del Espíritu Santo, el uso de una buena hermenéutica nos ayuda a comprender bien los pasajes para poder comprender lo que Dios en Su Palabra nos ha revelado. Nuestra responsabilidad es conocer la Palabra de Dios y su enseñanza correctamente para poder trasmitirla apropiadamente.
Integración y unidad en la iglesia
Si todos participáramos en la iglesia, la belleza de la unidad e integración cambiaría la vida de la iglesia a una muy activa, dando espacio a un crecimiento en conjunto que cumpliría con la voluntad de Dios.
La ignorancia acerca de los dones
Para llegar a conocer sobre los dones que tenemos debemos saber qué es lo que hace cada uno de ellos, mirar si en nuestra vida ellos se manifiestan o buscar a personas maduras en la iglesia que nos ayuden a identificar esos dones, y ponerlos en obra para reconocerlos y desarrollarlos. No olvidemos que son manifestaciones del Espíritu Santo a través de nosotros para provecho de la iglesia, por eso debemos administrarlos con responsabilidad y no ignorarlos.
Velando por Sus siervos
Cada creyente debemos estar agradecidos por aquellos pastores y misioneros que han servido al Señor, y por medio de quienes Dios nos ha bendecido con sus vidas, cuidados y enseñanzas. A la verdad, todos nosotros somos el resultado de amor y esfuerzo de algún siervo de Dios que ha dado de su tiempo y amor para que nosotros podamos conocer a Dios y a Su Palabra, y crecer en Él.
Libertad sabia
En la vida espiritual existen los creyentes inmaduros y los que han alcanzado madurez. La madurez no se da por los años que una persona tiene de ser salva, sino por el conocimiento de Dios, sumado a la transformación que la obediencia y las pruebas forjan. Esto brinda al creyente una capacidad de discernimiento mayor de la vida, lo que le permite ver más ampliamente las cosas y como agradar con ellas a Dios.
Envanecimiento, el peligro del conocimiento
El problema en la iglesia en Corinto era que muchos creyentes que ya tenían tiempo asistiendo a la iglesia no estaban actuando con “amor” en favor de aquel creyente “débil” quien, sin conocer las diferencias, se sentía agraviado por el acto irresponsable, vano y sin amor de aquel creyente que con “conocimiento” tenía cuando comía de alimentos dados a los ídolos (1 Co. 8:7-11).
Se requiere servicio íntegro
Dios llama a todos los creyentes a servir, y este privilegio no debe ser ignorado, antes recibido con humildad y gratitud. El Señor desea obrar por medio de nosotros para continuar con Su obra en la tierra antes de que Cristo venga, y este privilegio debe ser tomado como un honor.
La manifestación del Espíritu
Cada creyente ha recibido la presencia del Espíritu Santo para ser utilizado por Dios por medio de los dones dentro de la iglesia. Es la obra del Espíritu en medio del grupo de creyentes lo que edifica a la iglesia, y todos somos miembros de ella, por lo tanto, debemos participar en ella.
Construyendo en buena base
La Iglesia y la vida de cada creyente se basa en la verdad de Quién es Cristo, tanto como Dios, como por Su obra de Redención. Es en este “fundamento” donde descansa perfectamente nuestra fe. Pablo nos recuerda que la fe de cada creyente está firme “en Cristo”, pero que cada uno de nosotros debemos velar en la manera como sobreedificamos.
Colaborando con Dios
En nuestro crecimiento espiritual es igual, los créditos finales son de Dios, pero al pie de esa obra aparecen los nombres de todos los colaboradores que hicieron su aporte para lograr el trabajo final. Pablo y Apolo fueron esos colaboradores en la obra en la vida de la iglesia en Corinto.