El pecado

Vemos que hay muchas cosas buenas que nosotros las convertimos en pecado, puede ser una persona, una situación, una película, una serie, una canción, etc. Hay muchísimas cosas que nosotros las podemos convertir en pecado cuando ponemos eso como prioridad antes que a Dios.

No emita juicio sin fundamento

Tal vez usted se ha encontrado en esos embarazosos momentos también, cuando por equivocación fallamos, y no nos detuvimos sino hasta que nos dimos cuenta del error, pudiendo incluso llegar a causar perjuicio por error.

¿Hasta cuándo la falta de arrepentimiento?

La falta de arrepentimiento hace que paguemos un alto costo por no alejarnos definitivamente del pecado, y este es un costo que nadie debería pagarlo en realidad. Alejémonos ya de una vez del pecado, pidamos perdón a Dios confesando nuestro pecado, pues Él está presto a perdonarnos (1 Jn. 1:9).

Destruyendo con poder falsos argumentos

Todo creyente prudente debe alimentarse diariamente de la Palabra de Dios para discernir entre la verdad y la mentira. Puede llegar a estudiarlo todo, pero debe aprender a “retened lo bueno” (1 T. 5:21), solo la verdad pura, llevando cautivo esos pensamientos errados a que se sometan a Dios. El Señor nos ha dado las “armas”, es ahora nuestra responsabilidad utilizarlas para solo retener la verdad.

Cuídese de los engaños

El engaño, una de las más antiguas tretas del enemigo. Desde el Edén, satanás a usado esta estrategia para destruir la obra de Dios (Gn. 3:1-6). El fin de ello es “hurtar, matar y destruir” (Jn. 10-10). Y en el caso de la obra que el Señor estaba haciendo en Jerusalén, esta arma sería usada para buscar lograr detenerlo todo.

Dando valor a las relaciones

Muchos hemos puesto demasiado énfasis en nuestra familia terrenal cuando se trata de seguir a Dios y de hacer Su voluntad. Ellos se han convertido en un obstáculo para cumplir con nuestra obediencia. Y Jesús nos recuerda que tenemos que discernir apropiadamente cuando se trata de tomar decisiones.