¿Hay alegría por la justicia?

Comprometámonos a actuar justamente siempre, no importa en donde estemos desarrollando nuestras actividades, seamos motivo de alegría y fuente de bendición para otros. Oremos por aquellos que obran bien en algún cargo público y demos gracias a Dios por ellos; y pidamos, para que aquellos que obren mal cambien su comportamiento o dejen su cargo para alguien piadoso que pueda bendecir a todos por sus buenas acciones.

¿Cómo convertirse en gozo de los padres?

Si queremos honrar a nuestros padres y traer alegría a sus vidas aprendamos a ser sabios, prudentes, escuchemos el consejo, y tomemos decisiones sabias, que no solo les alegrará a ellos, sino que nos traerá muchas bendiciones a nuestra vida. El necio solo traerá desconsuelo.

¿Existirá el espíritu de la ira?

Se ha vuelto muy común escuchar a pastores de algunas iglesias hablar de que expulsan espíritus de ira, amargura, tristeza, pornografía y otros más; pero ¿será esto una práctica bíblica? ¿Será que los responsables de nuestros actos son los espíritus malvados? O ¿Será que nos hemos dejado llevar por falsas enseñanzas que, como tantas, buscan suavizar la carga de pecado de la que todos nosotros somos responsables?

¡Enójate, pero…!

Una de las formas en las que pecamos al airarnos, es cuando dejamos que se ponga el sol sobre nuestro enojo y lo dejamos sin resolver, produciendo amargura y rencor en nuestro corazón; por eso necesitamos tomar seriamente esta exhortación, y no permitir que los días, semanas y meses pasen sin resolverlo.

La ira no está en nuestro “ADN”

Desde ese momento el Espíritu de Dios entró a morar en nosotros y pudimos empezar a vivir como a Él le agrada, gracias a que fuimos librados de la esclavitud del pecado. Por eso cuando pecamos, no es porque el pecado tenga dominio total de nosotros, sino porque decidimos rendirle el control de nuestro cuerpo.

¿Por qué la ira me hace pecar?

La ira además es una emoción muy fuerte que tiene la capacidad de llevarnos a la acción, de hacer que respondamos activa y apasionadamente frente a la injusticia.

Verdades sobre la ira de Dios

En la caída, allá en el jardín del Edén, Dios enfrentó esta realidad, y lejos de enfocar su ira en Adan y Eva, la enfocó en solucionar el problema del pecado, que fue lo que la causó; lo hizo sacrificando un animal y cubriendo con su piel la desnudez de ellos. La sangre de ese animal sirvió para expiar su pecado, ósea cubrirlo temporalmente mientras el cordero perfecto, que era Cristo, daba su sangre como pago absoluto por el pecado (Gén. 3).

¡La vida con Dios es una fiesta!

!Que hermoso es nuestro Pastor! Que no importa lo que hagamos, o a donde nos vayamos, su amor y misericordia nos perseguirán toda la vida.

Nuestras vidas necesitan ser pastoreadas

Una buena forma de saber si estamos recorriendo los caminos de Dios o los nuestros es preguntarnos, si para mantenernos en nuestros caminos actuales debemos pecar, si es así, no estamos en los caminos de Dios, porque Él no nos conduciría por caminos de pecado y maldad.

¡Llámalo Papá!

Dios es nuestro padre y eso implica un cambio fundamental en la forma de relacionarnos con Él. Cuando Pablo en Romanos 8.15 expresó esa confianza que tenemos con Dios, nos dice que podemos llamarle “Abba”. El comentario de la Biblia Popular nos dice que “Abba” era la palabra aramea para “padre”, y que era la forma común que usaba un niño para dirigirse a su progenitor al pedirle algo. Esta expresión involucra un sentido de confianza, seguridad, aceptación y esperanza que provienen de un corazón que se siente amado por Dios.

Dios lo conoce todo y aun así te ama

Dios es el amigo perfecto. Esta historia se relaciona con nosotros porque Él nos ha dicho todo lo que debemos saber, no se ha quedado con nada, ni nos ha ocultado nada, y todo lo que nos ha dicho, aunque nos duela, es para nuestro bien.

¿De qué me sirve conocer a Dios?

¿Quien soy yo? es una de las dos preguntas que podemos responder cuando conocemos quién es Dios. Cuando le conocemos a Él, nos conocemos a nosotros mismos, nos vemos como Dios nos ve y comprendemos cuál es nuestra identidad.

¿Por qué debo conocer a Dios?

Algunos autores cristianos coinciden en que la pregunta más importante que todos como seres humanos debemos responder es: “¿Quién es Dios?” Porque de la respuesta a esa pregunta se define la dirección y los matices que la vida de cada hombre exhibirá, por eso, debemos interesarnos por saber “Quién es Él”, y una historia que ilustra muy bien ese proceso de conocerlo es la de Moisés, en el llamado que Dios le hizo podremos considerar algunas cosas para responder la pregunta: ¿Por qué debería conocer a Dios?

Desde la antigüedad lo había planeado

Dios tiene total conocimiento de cada cosa que sucede en nuestras vidas, de hecho, Él es quien nos moviliza y también a otros para cumplir con sus propósitos presentes y eternos, Dios conocía perfectamente la amenaza por la que estaba pasando su pueblo, y había sido Él quien le había dado a Senaquerib el poder sobre esas ciudades que derrotó y dominó.

Respondiendo sabiamente ante las amenazas

La amenaza asiria que estaba enfrentando Ezequías podía tener unas consecuencias desastrosas para el pueblo si Dios no intervenía a su favor. Uno de los argumentos que usó el rey para amedrentar al pueblo fue su historial de victorias contra 9 naciones que no habían podido hacerle frente y salir victoriosos.