El destructivo legalismo

«El sábado es una institución sagrada y divina, pero ha de observarse como un beneficio y un privilegio, no como una carga insoportable. Dios nunca se propuso que fuera una imposición y tampoco nosotros debemos tomarlo así ni imponerlo a otros. El ser humano fue hecho para Dios, para Su honor y servicio, no para el sábado. Por eso, quiso que el sábado fuera para el hombre, para su beneficio y descanso» (H. Matthew)

Requerimos comenzar de nuevo

W. MacDonald dice así: «Jesús estaba comparando la Antigua Dispensación con el vestido viejo. Dios nunca tuvo la intención de que el cristianismo fuese un remiendo del judaísmo: era un nuevo punto de partida. El dolor de la Vieja Era, expresado en el ayuno, había de dejar el paso al gozo de la Nueva»

Sólo le siguen los “pecadores”

El hombre que no reconoce su verdadera condición nunca verá su necesidad de salvación. Todos estamos “enfermos” espiritualmente hablando, porque todos somos pecadores (Ro. 3.23).

Fe, es creer y es confiar

Debemos aprender a creer que Dios tiene el poder, pero también debemos aprender a confiar en su buena y santa voluntad para obrar en nuestro favor si Él cree necesario. Su obra en nuestro favor no solo es manifestación de Su poder, sino también en la manifestación de Su sabiduría y misericordia.

Arrepentimiento y Fe son la “Clave”

«Todo tiene un tiempo, aún para arrepentirse ahora; pero llegará ese día en que se cumplirá el tiempo, y para arrepentimiento ya será tarde» -Ministerio UMCD-