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Entendiendo que la esencia de Dios es el amor y que Él nos demostró ese amor al enviar a Cristo a morir por nosotros, tal como lo dice Juan 3:16
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.»
Entonces es Jesús quien puede enseñarnos de un amor incondicional, un amor verdadero. Esa clase de amor que todos anhelamos experimentar y disfrutar.
Tristemente la realidad no es así, todos en algún momento de nuestra vida hemos sido lastimados por aquella persona que decía amarnos.
Pero si Cristo nos demostró ese amor extremo, ¿hay alguien más capaz de hacerlo? Es muy difícil encontrar a alguien que te brinde un amor desinteresado, que lo de todo por ti sin pedir nada a cambio. Jesús lo hace, él nos da ese amor verdadero y nos lo demuestra una vez más al utilizar una ilustración acerca del cuidado y la atención que tiene por sus hijos.
En Juan 10:27-28:

Jesús enseña acerca de la estrecha relación que existe entre el pastor (Jesús) y sus ovejas (sus hijos), una relación tan fuerte que tanto el pastor como las ovejas pueden identificar la voz del otro. ¡Esto es hermoso! Pero además de esta relación dice que las ovejas en la mano del pastor nunca perecerán y nadie las arrebatara de su mano, esto es una muestra muy clara del cuidado que el pastor tiene con sus ovejas.
En el Salmo 23, el salmista nos habla de ese cuidado que su pastor le brinda, leamos:

Obviamente el salmista se siente seguro con el cuidado de su pastor, aun cuando su camino debe atravesar valle de sombra de muerte, esto es problemas y dificultades, aun ahí su pastor esta con el guiándolo, animándolo y levantándolo si es que ha caído.
¿No te parece hermoso? Jesús es el pastor y nosotros (sus hijos) somos sus ovejas y aun siendo pecadores y estando separados de Dios por nuestra vida pecaminosa, Jesús nos llama «amigos» según Juan 15:13.

Podemos gozar del cuidado que el Señor nos ofrece, pero nada se compara con disfrutar de ese regalo de salvación que Cristo nos ofrece, ¡él dio su vida por ti y por mí! ¿Por qué? ¡Porque esa es la máxima expresión de Su amor!
Cristo nos ofrece ese amor extremo, ¿estás dispuesto a aceptarlo?