1 Corintios 16:13-14
“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor.”
- Pablo estaba por terminar su carta, y en las últimas instrucciones incluye cinco características que un creyente puede añadir a su lista de atributos: Estar en vigilancia espiritual, conservar fidelidad a las enseñanzas de la fe, ser creyentes maduros y valerosos, mantenerse en constante esfuerzo, y manifestar amor en todo lo que hace.
- El escritor de la carta deseaba recordar a los hermanos en Corinto que un creyente debe estar en con constante crecimiento y/o transformación de su carácter cristiano. Éstas no son las únicas características que debe considerar, pero si son valiosas en ser analizadas.
- Debemos mantener presente que cada creyente debe seguir creciendo a la imagen del Señor, y siempre una exhortación con ese propósito viene bien (2 Ti. 4:2).
“Velad” es la actitud que un soldado tiene para prevenir los embates del enemigo. Como creyentes debemos estar atentos a cualquier posibilidad de que el pecado, el mundo, o satanás quiera destruir la obra que Dios está haciendo en nuestra vida o en la de otros y la iglesia.
“Estad firmes en la fe” es la actitud de mantenerse fiel a las enseñanzas de la Palabra de Dios. El engaño y el error pueden socavar las creencias, y puede dar espacio a las malas enseñanzas. Cada uno de nosotros debemos cuidar el apego doctrinal de lo que recibimos y enseñamos. Un error puede ser muy costoso y hacer mucho daño.
“Portaos varonilmente” es la actitud que cada creyente debe expresar con el deseo de convertirse y mantenerse como un “adulto espiritual” con valor, dispuesto a enfrentar las dificultades sin temor y sin reacciones inapropiadas o infantiles.
“Esforzaos” es la actitud de mantenerse constante en todo comportamiento sabiendo que muchas veces aún puede demandar un gran esfuerzo, con el deseo de seguir creciendo en carácter, servicio, u obediencia mientras se mantiene firme sin desmayar, con el deseo de llegar a una meta más alta al estado presente.
Y las “cosas hechas con amor” es la actitud que motiva al creyente a hacerlo todo con un deseo profundo de agradar y bendecir a Dios y/o al prójimo. Es el motor que mantiene todo lo demás apasionadamente, con ahínco y corazón. Fue el amor el motivador de nuestra salvación, y es el amor el medio que nos lleva a obedecer y servir a Dios y a los demás.
Estos no son todas las características de crecimiento para un creyente, pero sí son unos muy valiosos si los consideramos y ponemos en práctica. La vida cristiana tiene mayor significado cuando anhelamos seguir creciendo y expresando estos atributos, y su significancia vendrá en el testimonio que dejemos en tanto que bendecimos a otros con nuestras acciones.
