Respondiendo sabiamente ante las amenazas



2 Reyes 19:14

“Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová.”

  1. Éste es el momento en el que Ezequías se entera de las amenazas contra Judá, por parte de Senaquerib el rey de Asiria.
  2. Eran amenazas que tenían el propósito de hacer temer a todo el pueblo, desanimarlos y hacer que se rindieran ante el poder y dominio asirio.
  3. Pero Ezequías en lugar de rendirse y someterse, llevó la carta que contenía las amenazas del rey asirio a la casa de Jehová, para exponérselas allí y suplicar su ayuda a favor del pueblo.
  4. Ezequías no dudó en humillarse delante de Dios porque sabía que le escucharía y que era un Dios fiel y misericordioso para con su pueblo, y que por amor a su propio Nombre obraría la salvación para Judá.
  5. Santiago 4.10 nos enseña este mismo principio, cuando afirma que el que se humilla delante de Dios será exaltado por Él.

La amenaza asiria que estaba enfrentando Ezequías podía tener unas consecuencias desastrosas para el pueblo si Dios no intervenía a su favor. Uno de los argumentos que usó el rey para amedrentar al pueblo fue su historial de victorias contra 9 naciones que no habían podido hacerle frente y salir victoriosos.

Cuando Ezequías se presentó ante el Señor con esas cartas de amenaza, su oración reflejó todos sus pensamientos y sentimientos.

Ello es un estímulo para que nosotros sepamos qué hacer cuando pasamos por circunstancias que amenazan nuestras vidas.

Ezequías oró a Dios (2 R. 19.15-16) con un profundo sentimiento de adoración a Él, en sus palabras reconoció que aquel al que acudía era el Dios majestuoso, sublime y magnífico; que es soberano, tiene dominio y control sobre todo lo que pasa en el mundo, que conoce cada cosa que pasa en él y es el único todopoderoso.

Adorar a Dios en medio de las amenazas es muy importante porque eso nos da una nueva perspectiva, nos hace recordar que nuestros recursos para hacer frente a esas circunstancias son los que Dios tiene en su poder y que nuestros problemas son minúsculos frente al poder y conocimiento de Dios.

También le expresó a Dios toda la verdad de la situación y su petición (2 R. 19.17-19), no calló ante Dios el hecho de que el imperio asirio había causado gran destrucción entre muchas naciones. Eso nos enseña que debemos pensar sobre lo que nos amenaza a partir de la verdad de ello, no debemos minimizarlo, ocultarlo o ignorarlo, sino que tenemos que entenderlo tal como es.

Pero también necesitamos comunicarle a Dios la petición que hay en nuestro corazón. La Biblia dice que no recibimos porque no pedimos, así que debemos pedirle, y hacerlo conforme a su voluntad, es interesante que cuando Ezequías lo hizo no estaba pensando en su reputación, su imagen o su poder, sino que cuando le pedía a Dios la liberación del pueblo, lo hacía teniendo en mente la honra y el nombre de Dios. Su petición no fue egoísta sino buscando Su gloria.

Estas tres cosas debemos hacer para enfrentar las amenazas de la vida: 1. Acercarnos a Dios en oración, 2. Recordarnos quién es nuestro Dios y adorarlo por ello, y 3. Pedir, pensando en su gloria, más que en nuestro bienestar y comodidad.

Luego de esta parte de la historia, Dios escuchó y respondió la oración de Ezequías; así que podemos tener la certeza de que Dios escuchará y responderá nuestras oraciones.



Publicado por Ministerio UMCD - Lengua de Señas

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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