La “Víctima” de nuestra Pascua



Marcos 14:12-16

“El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.”

  1. La fiesta de los panes sin levadura y el recordatorio de la pascua por medio del sacrificio de un cordero eran en sí una misma celebración, la cual hacía memoria de la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. (Comp. Éx. 12:1-28)
  2. La celebración constaba de dos elementos, el primer elemento era el sacrificio de un cordero como recordatorio de la liberación de la muerte de los primogénitos israelitas de la última plaga en Egipto (Éx. 12:29-36), y el segundo elemento era comer por siete días panes sin levadura como recordatorio de la liberación abrupta que se dio (Dt. 16:1-4).
  3. La muerte de Cristo estaba por venir al día siguiente de esta cena que se estaba preparando, y Su muerte era la presentación del Cordero de Dios, la “víctima de la pascua de Jehová” (Éx. 12:27), el Cuál era presentado para que Dios pudiera ‘pasar por alto’ nuestros pecados.
  4. Isaías profetizó que Jesús, el “Cordero de Dios” (Jn. 1:29), iba a ser “herido” para que nosotros tuviéramos paz con Dios por medio de una cruenta muerte. (Is. 53:4-7)
  5. Los discípulos no sabrían, sino hasta después, que lo que estaban haciendo era preparando la cena para compartir con Aquel que vino a ser la Víctima de nuestra culpa para el perdón de nuestro pecado.

Dios amaba tanto al mundo que había dado a Su Hijo Jesucristo para que todo aquel que ponga su fe en Su muerte y resurrección pueda recibir perdón de pecados y ser libre de la condenación (Jn, 3:16; Hch. 26:18).

Aunque los discípulos estaban preparando la cena, ellos no sabían que Dios había preparado Su Cordero Perfecto para ser inmolado. El tiempo de la muerte de Cristo justamente se dio en el cumplimiento de la Pascua en Israel. Dios había librado a Su pueblo en Egipto de la muerte de sus primogénitos y de la esclavitud por medio del cordero que ellos sacrificaron, y ahora Él estaba proveyendo en Su Unigénito la liberación del pecado, el perdón y la vida eterna.

Para que nosotros podamos recibir este incalculable don, lo único que debemos hacer es creerlo, que Dios ya lo hizo todo, y Su paz y perdón la ofrece a todo aquel que cree que Su Hijo murió para salvarlo.

¿Usted ya creyó que Jesús es el Cordero preparado por Dios para el perdón de sus pecados? ¿Y si es así, que puede hacer para adorarlo por tan incalculable don recibido?



Publicado por Ministerio UMCD - Lengua de Señas

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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