Marcos 13:9-13
“Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
- Dentro de las advertencias dadas por Jesús, ahora encontramos una sección enfocada al rechazo que podemos recibir a causa de Cristo.
- Los concilios era el grupo de líderes religiosos de cada ciudad que velaban por el orden de los habitantes. Ellos se reunían en las sinagogas para poder hacer juicio cuando algo pasaba. Ahí se llevaba a cabo el juicio y se daba el castigo que eran generalmente los azotes.
- Cristo nos recuerda que podemos ser llevados ante autoridades y ser castigados a causa de Él (Mr. 13:9).
- Este sufrimiento va a tener que ser necesario para así poder llevar el evangelio. Muchos tendrán que sufrir par así cumplir al final de los tiempos la Gran Comisión (Mt. 28:18-20).
- El Espíritu Santo capacitará al creyente en esos días para que pueda predicar lo que deba decir.
- El rechazo en contra de Jesús y Su evangelio puede ser tal, que aún la misma familia del creyente podría acusarlo y rechazarlo.
- La señal de la persona salva, en los días de la Tribulación solamente será la fidelidad a Dios. El costo del verdadero creyente en este tiempo va a ser la misma muerte, en muchos casos.
Hoy vivimos un mundo en el que vemos más el rechazo a Dios y a Su Palabra. Los ataques cada día adquieren mayor maldad. Ya no es una negación, ahora nos quieren acallar con las amenazas. Esto es lo que siempre ha sucedido. Pero en el tiempo de la Tribulación ese rechazo será en extremo malo.
Hoy en día muchos han sufrido persecución y rechazo de las personas. Hay países que, gobernados por una religión falsa, rechazan cualquier posibilidad de predicación bíblica. En muchos de esos países las personas sufren encarcelamiento, torturas, y hasta la muerte.
Muchos creyentes han sufrido el rechazo absoluto de la misma familia, excluyéndolos de sus relaciones por completo, y hasta con amenazas físicas. Pero en los días de la Tribulación esa maldad se incrementará porque todos van en pos de la falsa religión que el anticristo y el falso profeta propagarán.
La única prueba de un creyente sincero en esos días será mantenerse firmes en su fe, sin negar a Cristo, y esto será una prueba externa del cambio externo. La fidelidad del creyente será el testimonio a los enemigos de que ellos realmente creían en Jesús como Salvador. La fidelidad no los salvará, pues la salvación viene por fe nada más. La fidelidad será la prueba de esa fe genuina.
